Todos nacemos rodeados de personas que de una u otra forma se constituyen como nuestra familia. De hecho, no siempre solo son papá y mamá, también puede estar integrada por los abuelos, primos, hermanos y otros vínculos importantes.
Sabemos que las familias cambian, de forma y de contenido, pero a lo largo del tiempo es en ella donde aprendemos a establecer nuestros primeros vínculos de amor, de rivalidad, de celos, de compañerismo y de tantos afectos. Existen familias que se caracterizan por ser de determinada manera y es desde esa forma que crían a sus hijos. Allí crecen los niños. Allí aprenden de la vida.
La familia es el primer espacio donde se aprende a amar, a ser altruista, a sentir celos a ser envidioso, a defenderse del otro. Es allí donde también se experimenta el placer de la compañía, donde se aprende a ser excluido, y en general a todo aquello que toca la vida de un ser humano. La familia es la que favorece y ayuda a que cada miembro tenga estos sentimientos:
- PERTENENCIA: a una familia pero sin ser absorbido por ella.
- DIFERENCIACIÓN: ser distinto de papá y de mamá, sin perderlos en el camino.
- DIFERENCIACIÓN: ser distinto de papá y de mamá, sin perderlos en el camino.
- SER ESCUCHADO: no solo escuchado, sino también entendido y tomado en cuenta.
- SER CONTENIDO: porque los padres ponen límites y es importante que los hijos no sientan estos como una cárcel sino como un espacio de amor.
- SER RECONOCIDO: como un ser independiente, con historia, con deseos y miedos que no les pertenecen a los padres.
Hay cosas elementales en las que, como padres, se debe tener presente:
Función del Padre:
- Reconocer al hijo como hombre, de su género y de su estirpe, sin humillarlo.
- Ser una ley para él, pero no una ley desde el miedo sino desde el amor y la protección.
- Mostrarle el mundo y las posibilidades para él.
Función de la madre:
- Reconocerlo como miembro de la familia
- Evocar las cualidades creativas, reparadoras y de ternura que el hijo(a) tiene.
Sin embargo, no todas las familias tienen la capacidad de manejarse adecuadamente y es allí donde surgen las crisis. Generalmente, los hijos dan las primeras señales de alerta y lo hacen con su conducta.
Veamos entonces qué nos quieren decir las dificultades de un hijo en casa:
- No estudia:Para el hijo equivale a: “no me interesa lo que tienes para enseñarme pues no sabes cómo hacerlo”, “el profesor no me enseña realmente”.
- No obedece: te agrede
- Es malcriado: te agrede y necesita que lo mires.
- Fuma: necesita hacerse presente.
- No es amoroso: ha desarrollado una defensa contra tu violencia.
- Transgrede las reglas siempre.
- Habla por teléfono todo el día: en casa no tiene con quién hablar.
- Se muere por estar con sus amigos y no con sus padres: necesita diferenciarse de ellos y ahora mismo.
- Habla mucho o habla poco:no sabe qué decir ni cómo hacerlo, pide ayuda.
- Se aísla: está triste
Nadie puede llenar completamente a otro miembro de su familia pero sí puede favorecer el desarrollo pleno de éste y para ello se necesitan algunos requisitos:
- Capacidad de ser tiernos.
- Capacidad de amar y reconocer que nuestro familiar tiene una vida propia que construir.
- Capacidad de poner límites cuando uno de sus miembros enferma o no puede hacerlo.
- Renunciar a todo deseo violentista o de poder con los miembros de la familia.
- Desarrollar un sentido de comunidad y de equipo.
- Conocer las diferentes etapas por la que un ser humano pasa y poder acompañarlo.
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